La directora Irene Taylor (Moonlight Sonata: Deafness in Three Movements, Beware the Slenderman), ganadora de los premios Peabody y Emmy y nominada al Oscar, de Vermilion Films, Imagine Documentaries y ABC News Studios, investiga la caída de una institución estadounidense en el impactante y oportuno documental Leave No Trace.
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La película se basa en registros financieros, documentos judiciales y decenas de entrevistas para diseccionar un encubrimiento de un siglo por parte de The Boy Scouts of America (BSA). La organización ocultó que había pedófilos en sus filas, pero la revelación de los "archivos de perversión" secretos en los litigios acabó por llevarla a la desgracia y a la quiebra.
Junto a Taylor producen Sara Bernstein y Justin Wilkes para Imagine Documentaries, Emily Singer Chapman y el periodista ganador del Premio Pulitzer Nigel Jaquiss. Brian Grazer y Ron Howard actúan como productores ejecutivos. Tras su estreno mundial en el Festival de Cine de Tribeca el 9 de junio, Leave No Trace se puede ver en streaming en Hulu y en los cines de Nueva York y Los Ángeles a partir del jueves 16 de junio.
La película aborda los abusos sexuales, contados a través de los relatos de primera mano de los supervivientes que todavía hoy intentan superar su trauma, incluso mientras hacen una cruzada para que se haga justicia en un caso judicial de alto riesgo.
Entrevistas y declaraciones grabadas con antiguos dirigentes de la BSA, entre los que se encuentra una persona de alto nivel, revelan cómo las consideraciones financieras influyeron en que los ejecutivos de la BSA antepusieran los intereses de los adultos y de la organización a la seguridad de los niños.
La película explora la conexión entre la disminución de los miembros -el sustento financiero de los scouts- y las políticas que no protegieron a los niños de sus abusadores. Y la película revela que la dirección de la BSA dio prioridad a la prohibición de los scouts y líderes homosexuales sobre la denuncia de los pedófilos a las autoridades.
Leave No Trace muestra la extraordinaria posición de la BSA en Estados Unidos: presidentes, directores generales y líderes de todas las comunidades han apoyado el escultismo durante más de un siglo, construyendo una institución de extraordinaria influencia y riqueza. Sin embargo, desde sus primeros días, la BSA mantuvo registros meticulosos de líderes scouts pedófilos: los "archivos de perversión". A pesar de la información condenatoria que contenían los archivos, se mantuvieron confidenciales en la sede, mientras que algunos abusadores pasaron de tropa a tropa sin aviso público.
La organización se declaró en quiebra en febrero de 2020. Desde entonces, más de 82.000 hombres han presentado denuncias de abusos. El plan de reorganización propuesto para la BSA incluiría el mayor acuerdo sobre abusos sexuales de la historia, incluso eclipsando los pagos de la Iglesia católica estadounidense.
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Junto a Taylor producen Sara Bernstein y Justin Wilkes para Imagine Documentaries, Emily Singer Chapman y el periodista ganador del Premio Pulitzer Nigel Jaquiss. Brian Grazer y Ron Howard actúan como productores ejecutivos. Tras su estreno mundial en el Festival de Cine de Tribeca el 9 de junio, Leave No Trace se puede ver en streaming en Hulu y en los cines de Nueva York y Los Ángeles a partir del jueves 16 de junio.
La película aborda los abusos sexuales, contados a través de los relatos de primera mano de los supervivientes que todavía hoy intentan superar su trauma, incluso mientras hacen una cruzada para que se haga justicia en un caso judicial de alto riesgo.
Entrevistas y declaraciones grabadas con antiguos dirigentes de la BSA, entre los que se encuentra una persona de alto nivel, revelan cómo las consideraciones financieras influyeron en que los ejecutivos de la BSA antepusieran los intereses de los adultos y de la organización a la seguridad de los niños.
La película explora la conexión entre la disminución de los miembros -el sustento financiero de los scouts- y las políticas que no protegieron a los niños de sus abusadores. Y la película revela que la dirección de la BSA dio prioridad a la prohibición de los scouts y líderes homosexuales sobre la denuncia de los pedófilos a las autoridades.
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La organización se declaró en quiebra en febrero de 2020. Desde entonces, más de 82.000 hombres han presentado denuncias de abusos. El plan de reorganización propuesto para la BSA incluiría el mayor acuerdo sobre abusos sexuales de la historia, incluso eclipsando los pagos de la Iglesia católica estadounidense.
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