Gary Ridgway: La mente de un monstruo

Gary Ridgway: La mente de un monstruo (Green River Killer: Hunting The Monster) es una docuserie de dos partes de una hora de duración cada una, el documental recuerda uno de los casos más emblemáticos de la ciencia forense en Estados Unidos, cuya historia real inspiró varios personajes y tramas de ficción, como el Silencio de los Inocentes.


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Gary Leon Ridgway sembró el terror en el estado de Washington en la década de 1980 y fue condenado por 49 asesinatos de mujeres; sin embargo, admitió la autoría de muchas otras víctimas: la mayoría eran adolescentes vulnerables cuyos cuerpos inertes eran arrojados al río Green o a sus orillas.

Desde el descubrimiento de los primeros asesinatos, en agosto de 1982, comenzó la carrera contrarreloj para descubrir la identidad de Ridgway, que podría salvar la vida de sus próximas víctimas. Incluso Ted Bundy, un asesino en serie que estaba en el corredor de la muerte en ese momento, participó en los esfuerzos por descubrir la identidad del asesino de Green River.

Entrevistas exclusivas con detectives, miembros de la fiscalía, periodistas y autores que trabajaron o cubrieron el caso conforman el material que presenta el documental en dos partes, Gary Ridgway: La mente de un monstruo reconstruye con dramatizaciones las probables circunstancias de los crímenes que primero llamaron la atención de la policía: era el verano de 1982 cuando los cuerpos de cinco mujeres fueron descubiertos por un pescador en las aguas y orillas del río Verde, en Washington. Todos desnudos y con signos de estrangulamiento con las propias ropas de las víctimas.

A partir de la identificación de las mujeres, los investigadores de la zona de Seattle supieron que debían buscar a un asesino en serie que se cebaba con adolescentes especialmente vulnerables: mujeres jóvenes que se habían escapado de casa y/o se habían prostituido, eran presas fáciles.

Los investigadores llegan a varios sospechosos y a miles de pistas. Pero el asesino parecía ir un paso por delante de la policía, perfeccionando sus habilidades con cada nueva víctima. Cuando el recuento de cadáveres alcanza los 40, los investigadores reciben una inusual oferta de ayuda.

Desde la cárcel, en el corredor de la muerte, Ted Bundy escribió una carta al detective que dirigía la investigación, afirmando que sólo él podía saber lo que pensaba el asesino de Green River y que, por lo tanto, podría conducir a las autoridades hasta el verdadero culpable de la serie de asesinatos. Cuando por fin salió a la luz la identidad de Ridgway, el descubrimiento fue sorprendente: se trataba de un hombre que había logrado ocultar su impulso homicida a su esposa e hijo.

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